martes, 13 de noviembre de 2012

De Brochetas y Toronjas

"La vida es como una toronja. Bueno, es como que naranja-amarillezca y granulosa en el exterior, húmeda y resbalosa en el centro. Tiene semillas dentro también. Ah, y algunas personas se comen una mitad para desayunar"
~ Douglas Adams (1952 - 2001)


Hoy desayuné toronjas*. Odio las toronjas.

*No, no es una estúpida y banal actualización de estado por tuiter o faisbuk, quiero ir a algún lado con esto. Bueno, por lo menos esa es la intención.

Verán, las nutriólogas que conozco recomiendan desayunar dicha fruta para adelgazar y ahora entiendo por qué: te deja un sabor metálico en la lengua equivalente a participar en una competencia de chupar monedas**, una amargura que no se quita ni lavándote los dientes y unas náuseas fenomenales hasta bien entrada la tarde.

**Fuí segundo lugar en la Nacional del 2009, luego me retiré. Mejor hacerlo cuando uno está en sus buenas épocas.

Con ésta fruta del mal está garantizado que se te quita el hambre hasta la comida y si te amenazas a tí mismo con comerte otra, hasta la cena.

Además, el tamaño es absurdo*** ¿han visto los monstruos que son hoy en día? Son amargas esferas son del tamaño de tus puños en la mejor de las circunstancias y en las peores son estrellas de la muerte cítricas que usábamos de chicos para torturar hermanos e iniciar guerras campales con el zumo de sus interminables cáscaras, digo, con una cáscara podríamos bien envolver a un niño pequeño, no veo por qué no hay municiones para todo el patio de juegos.

***Son el mejor argumento que tengo para demostrar que el Humano odia al Humano: hemos desarrollado toronjas más y más grandes.

Hablando de eso, es un arte pelarla: primero está la gruesa cáscara con la que podrías blindar un Sherman y luego todos y cada uno de los amarguísimos recubrimientos blanquecinos de los gajos que hay que retirar como quien liberaría a un rehén de un capullo de Aliens. Es el equivalente frutal de un campo minado, pero en vez de perder las piernas por la explosión te arrancas al baño a vomitar.

Y todo para que esos tentadores y carnosos gajos, engañosos por su radiante color, sepan a rayos.

Eip, lo dije, y lo sostengo: incluso los pinches gajos saben a rayos. Diez partes amargo por una dulce. La toronja es el "vete a la mierda" de la naturaleza para el desayuno.

Sí, ahora veo por que las recomiendan, creo que se me va a quitar el sabor la semana que viene. Debería tener su propia entrada en los platillos de pesadilla, al carajo con las toronjas.

!Saludos!
Atte,
El Kushiage
~ La vida realmente es como una toronja: es principalmente amarga, es difícil llegar a lo bueno y cuando lo haces realmente no sabe tan bien.

PD. Hice el experimento y ni las mosquitas de la fruta se le acercan. Sólo viven 24 horas !pero no están tan desesperadas!

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